OTROS PROGRAMAS ASOCIADOS AL FONDO
Además de los ya señalados, en El Salvador también se han llevado a cabo otros programas gracias a la financiación LAIF de la Unión Europea.
A finales de 2020 se pusieron en marcha dos programas: SLV-LAIF-114 y SLAV-LAIF-115, ambos con el objetivo de dar Respuesta a la emergencia COVID19 apoyando a sistemas de agua potable en comunidades rurales. El primero de ellos se ha ejecutado a través de la asociación humanitaria PROVIDA, contó con un presupuesto de 119.000 euros aportados por FCAS y ha permitido mejorar la infraestructura de 22 sistemas de agua beneficiando a 167.612 personas e instalar 8 sistemas de cloración en sistemas de agua del Departamento de Chalatenango, así como la entrega de 200 kits de protección y bioseguridad y otros 200 kits de potabilización para sistemas de agua rurales. Además, se han realizado socializaciones del proyecto con miembros de juntas de agua y administradores de sistema y directivas comunales para favorecer la apropiación del mismo.
El segundo de los programas aprobados para paliar los efectos de la pandemia ha sido ejecutado por la Asociación de Desarrollo Económico Social Santa Marta (ADES). Dispuso de una donación del Fondo de 93.000 euros, y permitió la realización de diversas actividades de mejora y reparación en 63 sistemas de agua de todo el país (construcción de tanques de almacenamiento, limpieza de pozos y tuberías, reparación de paneles eléctricos, análisis de calidad del agua…). Estas acciones se han llevado a cabo en zonas rurales y aisladas, trabajando junto a la Asociación Fundación para la Cooperación y el Desarrollo Comunal de El Salvador (CORDES), la Federación de Cooperativas de la Reforma Agraria Región Central y la Asociación Salvadoreña Promotora de la Salud.
Contexto País
El Salvador, a pesar de ser un país considerado de renta media, enfrenta altos niveles de pobreza, y se estima que únicamente el 80% de los hogares cuentan con agua por cañería (sólo el 66% si hablamos de las zonas rurales).
Las actuaciones del Fondo en El Salvador se centran en dos líneas de trabajo: 1) el aumento de la cobertura de agua y saneamiento en zonas rurales de pobreza extrema (los sistemas rurales abastecen a más de 1.200.00 personas, pero menos de la mitad realizan algún tipo de cloración) y en áreas periurbanas y urbanas precarias, propiciando la participación social y el desarrollo comunitario. 2) El acompañamiento al proceso de fortalecimiento de la política pública de gestión de los sistemas rurales, que todavía no está plenamente definida. En total, el FCAS ha destinado 66,2 millones de euros a diversos programas en El Salvador gracias a los cuales, además de mejorar el acceso al servicio de agua y saneamiento a poblaciones rurales, se ha contribuido a la elaboración del Plan Nacional de Gestión Integrada del Recursos Hídricos y el Plan Nacional de Agua Potable y Saneamiento.